Yo
soy de izquierda y a mí me resulta vergonzoso el apoyo de las
izquierdas latinoamericanas a regímenes como los de Correa, Morales, los
Kirshner o la pajaritocracia de Maduro. Dicen que no es un apoyo
incondicional sino un apoyo estratégico. Bueno, todo apoyo es
estratégico pero no toda estrategia es sabia, y, en cambio, no todo
apoyo estratégico tiene por qué ser incondicional. Y el apoyo que la
izquierda les da a estos payasos es claramente incondicional. Por lo
menos yo nunca he visto que la izquierda le ponga condiciones a ese
apoyo.
Yo no he visto que la izquierda de la región le diga a Cristina Fernández de Kirshner, ok, la apoyamos pero demuestre por favor que no son verdad las cada vez más numerosas acusaciones de robo ni sus abusos contra la libertad de prensa ni el ensañamiento particular con ciertos medios (incluyendo los medios de una izquierda crítica). No he visto qué condiciones le ha puesto la izquierda latinoamericana a la ornitoglosia feérica de Maduro cuando suscribe los discursos xenofóbicos de Chávez, su antisemitismo de otro siglo, su alianza con dictaduras homicidas como las de Irán y Cuba, su control de la información, su acoso contra la prensa de oposición. No sé qué condiciones le impone a Correa y su inaceptable ataque contra la libertad de prensa en Ecuador. No sé que condiciones le pone la izquierda latinoamericana a Evo Morales, su nauseabunda homofobia y sus ofensas contra la dignidad de la mujer boliviana, empezando por la humillación de sus propias ministras mujeres.
Yo no he visto que la izquierda de la región le diga a Cristina Fernández de Kirshner, ok, la apoyamos pero demuestre por favor que no son verdad las cada vez más numerosas acusaciones de robo ni sus abusos contra la libertad de prensa ni el ensañamiento particular con ciertos medios (incluyendo los medios de una izquierda crítica). No he visto qué condiciones le ha puesto la izquierda latinoamericana a la ornitoglosia feérica de Maduro cuando suscribe los discursos xenofóbicos de Chávez, su antisemitismo de otro siglo, su alianza con dictaduras homicidas como las de Irán y Cuba, su control de la información, su acoso contra la prensa de oposición. No sé qué condiciones le impone a Correa y su inaceptable ataque contra la libertad de prensa en Ecuador. No sé que condiciones le pone la izquierda latinoamericana a Evo Morales, su nauseabunda homofobia y sus ofensas contra la dignidad de la mujer boliviana, empezando por la humillación de sus propias ministras mujeres.
Sí, la alianza de la inmensa mayoría de la izquierda latinoamericana con esos señores es estratégica, como toda alianza, y eso es triste porque está claro que en la estrategia de la izquierda un punto repetido es abandonar la vergüenza, el pudor y los principios básicos que, se supone, deberían definir a una izquierda moderna contemporánea, para consagrar el capricho de dictadores abusivos, como si los ideales de la nueva izquierda tuvieran algo que ver con todas esas chapucerías, todas esas bajezas, toda esa oligofrenia, todo ese abuso y todo ese caudillismo chauvinista. ¿A cambio de qué? ¿Cuál es el resultado de esa estrategia?
Por un lado, recibir un montón de dinero de ese circo de ventrílocuos chavistas que gobiernan hoy a Venezuela, ése es el plus. Por otro lado, estúpidamente, hacerles creer a dos generaciones enteras de latinoamericanos que para ser de izquierda hay que ser un baboso atrabiliario, hay que perseguir periodistas, hay que robar a manos llenas, hay que ser un vulgar, un grosero y un perpetuo ofensivo, hay que estar colmado de prejuicios contra todos los que son distintos de uno mismo, hay que asociarse con maleantes, hay que tomar partido en favor de genocidas (como hicieron Correa, Chávez y Castro en el caso de todos los genocidas del mundo árabe, a los que han defendido como si se tratara de sus hijos y sus hermanos).
Brillante estrategia de la izquierda: recibir dinero a cambio de perpetuar la imagen de que la izquierda es un huarique regido por el más pendejo, la imagen de que la izquierda no sirve a nadie con más lealtad que a la billetera de sus líderes y sus cuentas en bancos suizos, que ninguna ley le parece demasiado respetable, ningún honor demasiado respetable, ningún opositor demasiado respetable, ningún principio demasiado respetable. Brillante estrategia.
5 comentarios:
http://www.facebook.com/notes/begonia-loayza/frenteamplio-my-ass/10151755383928973
el gobno. Kirchner no es de
izquierda.-(vision distorsionada).-
ademas, se lo podra acusar de muchas cosas, pero no de falta de libertad de expresion
Muy bien dicho a todo, excepto a que es Kirchner y no Kirshner. Saludos.
Jorge
La izquierda latinoamericana (salvo algunas excepciones) no es democrática, nunca lo ha sido. Esto explicaría por qué, desde Allende hasta Lula, han defendido la dictadura de Castro y han hecho de la vista gorda frente a sus crímenes y falta de libertades elementales en la isla. En otras palabras: democracia para Chile y Brasil, etc. y que los cubanos se jodan.
Para la izquierda latina, los dictadores solamente son de derecha, mientras que en Cuba hay una suerte de "democracia" longeva y lícita con los Castro atornillados al poder desde hace 54 años. A estos izquierdistas les importa un comino la democracia, su interés es puramente ideológico, con tal de que el gobierno de turno (sea democracia o dictadura) sea contrario a la política norteamericana. Estaban en contra de Fujimori y García porque éstos son de derecha, no porque ambos sean corruptos y Fujimori haya sido dictador.
Lo más gracioso es que la izquierda local se presente ahora como "renovada", cuando ya sabemos que
mentalmente siguen viviendo con su Muro de Berlín a cuestas.
Saludos,
César.
si claro, secuestrada, como no...
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