29.6.13

El Plan Lector y el origen de la estupidez

Es un mercenario de la educación el tipo que dirige la editorial San Marcos (que hace años se enriqueció de la mano de Recreo, Javier Arévalo, Gustavo Rodríguez y su famoso Plan Lector). Distribuye en los colegios peruanos textos racistas donde se dice que los indios y los negros son así porque salieron de las aguas sucias donde se habían bañado antes los blancos.

Le preguntan cuándo va a sacar de circulación el librejo en cuestión y dice (sumando y multiplicando, sin duda alguna) que primero tiene que evaluarlo. Después dice que no va a sacarlo porque el texto se basa en "antiguas leyendas jíbaras" sobre el origen de las razas. Eso me hace pensar en que quizás sea buena idea echarle una mirada a los textos de historia universal de Editorial San Marcos. No sea que estén consignando "antiguas leyendas germánicas" sobre los judíos o "antiguas leyendas españolas" sobre los gitanos o "antiguas leyendas serbias" sobre los croatas.

El Plan Lector, lo digo por enésima vez, es un proyecto surgido de Javier Arévalo, armado por él, promovido por él, aprobado en el congreso por un lobby que él formó, aprovechado por él mismo para lucrar con una ONG hecha ad hoc, que además coloca en los colegios del Perú libros del mismo Arévalo y de su socio Gustavo Rodríguez, como si fueran escritores de algún valor, cuando en verdad son la última rueda del coche de la literatura peruana. El Plan Lector además sirve de sombrilla y padarrabos para todo un ejército de otros pícaros y aprovechados, como los de Editorial San Marcos, socios de Rodríguez y Arévalo en otra colección de libros, que están convirtiendo a nuestra actual generación de escolares en chicos que siguen estando entre los menos lectores del planeta pero que, además, ahora, cuando leen, lo poco que leen, es casi siempre una triste estupidez impuesta por el negociado entre inescrupulosos como los de la Editorial San Marcos (que incluye, oh maravilla, oh milagro, entre sus colecciones, una colección de libros de Recreo) e inescrupulosos en los colegios.

Por supuesto, los colegios también podrían protegerse de esos inescrupulosos. En la Inmaculada, por ejemplo, el encargado de disponer qué se hace con el Plan Lector es un escritor inteligente y valioso, uno de los poetas centrales de las últimas generaciones peruanas, José Carlos Yrigoyen, pero, sobre todo, es un maestro responsable y consciente de la responsabilidad que implica educar a niños y adolescentes, y esto es lo que él ha escrito sobre el tema:

"Soy Coordinador de Comunicación de un colegio de Lima. Y como me niego a idiotizar a mis alumnos, mi Plan Lector no es el de Recreo. Prefiero que mis alumnos lean a Hemingway y a Vallejo que a Gustavo Rodríguez y a Javier Arévalo. Tampoco he incluido libros de San Marcos, porque no acepto que mis alumnos crean que son de piel más oscura que otros porque sus antepasados se bañaron a destiempo en una laguna. Finalmente, he dispuesto que en cada grado del colegio donde trabajo los profesores armen una antología de textos narrativos y de poesía, porque ninguna de las editoriales que conozco se dignan a poner poemas y cuentos completos en los libros de texto para no pagar los respectivos derechos de autor, y me niego a educarlos con fragmentos incoherentes de cuentos y poemas mal escogidos en su mayoría. No creo hacer nada del otro mundo, en realidad: simplemente quiero darles a esos chicos una educación mínimamente decente, sin prejuicios estúpidos y con autores que valgan la pena, no con mercenarios que lo único que desean es lucrar con la ignorancia de los niños y adolescentes de mi país. Eso es todo, nada más".

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