25.5.13
País de ventrílocuos: sobre la ley de la comida chatarra
¿Qué
pienso sobre la ley de la comida chatarra? Mientras que todas las
agencias de publicidad del mundo depuran el arte de manipular la mente,
los gustos y los deseos de los niños, una masa alucinada de padres de
familia dice que ponerle límites a esa manipulación es violar sus
libertades. Y los medios de comunicación (que pierden dinero con la ley)
corren donde los publicistas (que pierden dinero
con la ley) para preguntarles a ellos si la ley es buena o mala y si la
comida chatarra es o no perniciosa para la salud de los niños. Así es:
los periodistas les preguntan eso a los publicistas en vez de
preguntárselo a los médicos y a los nutricionistas. ¿Por qué creen que
pasa eso? ¿Y en qué momento de estupidez la gente empezó a creer que
nuestra libertad de información consiste en escuchar publicidad pagada
por corporaciones y mercachifles? ¿Cuándo fue la última vez que vieron
un comercial de hamburguesas donde les dieran alguna información valiosa
y veraz acerca de qué comen cuando comen una hamburguesa? Permítanme
decir, con mi experiencia de muchos años como profesor de publicidad: la
publicidad no es información, es desinformación; la libertad de
desinformación no es algo que valga la pena defender y nuestra libertad
de elegir no existe cuando se basa en desinformación. Les voy a decir
qué cosa es lo que me molesta a mí de todo este lío: la ley dice, al pie
de la letra, que quienes quieran vender comida chatarra no pueden
publicitarla mediante datos falsos; dice que tienen que ser
transparentes acerca de qué productos contiene esa comida y las
consecuencias que la ingesta repetida de esos productos tiene sobre el
organismo. Es decir, la ley dice que no nos deben mentir. Y entonces la
gente se indigna con la ley porque vulnera su libertad de información.
Porque creen que mentir e informar es lo mismo. No sé, probablemente se
les ha congestionado de colesterol el cerebro o de pronto todos hablan
por el estómago en este país de ventrilocuos y marionetas.
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4 comentarios:
Que dificil relacionar buenísimo y me encanta con problemas cardiacos, obesidad infantil, celulitis etc.
Mas claro...ni el agua
Mas claro... ni el agua
si pero tampoco que ni crean los adoradores del aspartame que se salvan
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