Esta entrevista a Máximo Laura, el tejedor ayacuchano que era hasta ahora uno de los así llamados "embajadores" de la Marca Perú, ha causado protestas y molestias que, me parece, están largamente justificadas: ¿cómo es posible que el plan de promoción turística que los peruanos quieren colocar en lugar de cualquier ideario, por encima de toda ideología, más allá del bien y del mal y, por supuesto, también más allá de cualquier concepto interesante de nación, sea promovido en el exterior por alguien que, básicamente, cree que Sendero Luminoso fue (o quizás es) un movimiento político positivamente transformador ("que pudo cambiar el Perú") y que su violencia era necesaria y por tanto estaba históricamente justificada?
Tras leer la entrevista a nadie le debería quedar duda alguna acerca de la trivialidad intelectual de Máximo Laura, que treinta años más tarde, y sesenta mil muertos más tarde, parece continuar enceguecido por el supuesto brillo escolástico de Abimael Guzmán y se refiere a otros ideólogos de Sendero Luminoso como "extraordinarios teóricos". Conozco muy superficialmente la obra de Laura. No sé si juzgarla valiosa o no; pero no tengo razones para pensar que sus ideas políticas sean otra cosa que torpes, estúpidas y profundamente inmorales.
Laura ha negado haber dicho lo que La República dice que dijo. Es más, ha acusado a La República de haber inventado cosas que él jamás afirmó e incluso de haber modificado su biografía. En la entrevista con el diario parece quedar claro que Laura fue estudiante de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, donde comenzó su admiración por Guzmán y el deslumbrón intelectual por otros líderes ideológicos senderistas. En el desmentido posterior, dado a través de RPP, Laura dice que ni siquiera estudió jamás en esa universidad:
En ese sentido, Laura consideró que el diario ‘La República’ especuló con sus declaraciones respecto a sus estudios en la Universidad San Cristóbal de Huamanga. “Eso es totalmente incorrecto”, agregó. Explicó que en 1974 era estudiante secundario y cuatro años después se estableció definitivamente en Lima, con lo cual descartó haber cursado estudios en dicha universidad en Ayacucho.El problema es que acabo de entrar al sitio web oficial de Laura, donde él mismo coloca su CV y, en ese CV, bajo el subtítulo "Educación", Laura afirma que pasó los años 1978 y 1979 como estudiante en la Universidad San Cristóbal de Huamanga. De modo que ahora podemos estar seguros al menos de una cosa con respecto a su "aclaración" dada a RPP: Laura no dice la verdad. (Yendo a este enlace pueden encontrar el CV, luego del párrafo largo, donde dice "Descarga").
Ciertamente, haber estudiado en esa universidad en ese momento no hace a nadie culpable de nada, nadie debería tentarse a negar una parte de su vida para sentirse más seguro y cualquiera, siempre que no haya ejercido la violencia, tiene derecho a confesar sin represalias si se dejó engañar por ideas absurdas en la adolescencia, siempre y cuando en la adultez sea capaz de advertirnos acerca de ellas... Pero el hecho es que Laura está añadiendo a sus estólidas declaraciones iniciales una capa adicional de manipulación y de falsedad. ¿Este hombre puede ser nuestro "embajador"? No; ni hablar, aunque estemos hablando de representar un país imaginario.
Otros comentarán sobre eso; yo quiero llamar la atención sobre otra cosa: la entrevista misma, la forma de la entrevista, las preguntas que propone la periodista Maritza Espinoza, de La República, la superficialidad de su cuestionario y la inverosímil falta de reacción ante las cosas que el entrevistado declara. Espinoza pregunta, por ejemplo, "¿era un tipo seductor Abimael?", y quien no supiera de quién está hablando pensaría que se refiere a un futbolista de México 70 o quizás a una vieja estrella de la tele, y no al mayor asesino de nuestra historia.
¿Se incomoda o se sorprende con las respuestas? ¿Intenta contradecir al entrevistado o debilitar (cosa que sería sencillísima de hacer) sus opiniones sobre la fuerza transformadora de Sendero Luminoso y la inevitabilidad de su violencia? No, en ningún momento. De hecho, quien solo viera los titulares y las bajadas y no leyera el texto completo no se enteraría de que Máximo Laura dice lo que dice sobre Guzmán, Sendero Luminoso y la brillantez de los "teóricos" que lo impulsaron. A Espinoza esas cosas parecen impresionarla tan poco que ni siquiera en el paratexto de la entrevista las destaca; obviamente, en ningún momento las critica.
Eso es extremadamente grave porque es un síntoma de falta de reflejos morales y de la banalización que invade a nuestra prensa, mucho más preocupante cuando uno las ve capturando las páginas de una publicación que siempre ha sido diáfanamente contraria a la violencia senderista pero que ahora, tan solo por la falta de inteligencia y de agudeza profesional de periodistas como Espinoza, coloca al lector ante textos como éste, donde las obtusas barbaridades políticas de un entrevistado pasan libres de obstáculos, sin réplicas, sin críticas, en un artículo que se centra en el virtuosismo estético de un artista y olvida, como si fuera irrelevante, el atroz contenido político de sus palabras.
Hace poco, otro perseverante despistado, otro equivocado voluntario, el escritor Oswaldo Reynoso, se refería al "humanista" Abimael Guzmán y defendía la noción de "guerra popular", y eso también sucedía en una entrevista de prensa en la que el entrevistador carecía de la inteligencia mínima necesaria para contradecir tremenda sandez. El hecho es que en la prensa peruana cualquiera puede decir cualquier tipo de ridículo atrabiliario sin temor a que alguien le pare el coche. Y ojo: Maritza Espinoza no es una novata ni una principiante; es una editora de La República, el tipo de periodista con experiencia que debería estar corrigiendo este tipo de levedad en sus practicantes pero que, como vemos, no es capaz siquiera de evitarla en sus propios textos.
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14 comentarios:
no estoy de acuerdo con lo expresado por Laura, pero me parece exageradas las reacciones. Él habla de la impresión cuando conoció a los de SL en un medio en el que seguramente muchas otras opciones no tenían y el discurso y la promesa de cambio probablemente sedujo y convenció a varias personas, por algo SL tuvo la suficiente fuerza para cometer todas las atrocidades que hizo. En cuanto a Reynoso, la entrevista en mención es larga y tiene mucho de verdad en lo que expresa el escritor; el Perú no ha sido un país pacífico, siempre hubieron conflictos, cita por ejemplo al propio APRA y sus crímenes en nombre de ideas políticas. Me parece que estamos cayendo en un nuevo fascismo, en un nuevo totalitarismo, en exigir que todo el mundo opine lo mismo, considere lo mismo, que nosotros.
Ahora resulta que hay un pensamiento oficial que va más allá de la libertad de expresión que se manifiesta a través de los periódicos. Ahora se pretende castigar a los artistas con ideas estrafalarias,pues al parecer no tienen derecho a tenerlas. (LUIS A)
No estoy muy informado de quienes son los electores y la manera en cómo se eligen a los embajadores de la marca Perú; pero supongo que en el caso de los artistas debe ser por la calidad de sus obras, no tanto por la calidad de sus razonamientos, algo que supongo se debe reservar a sus pensadores o intelectuales más “lúcidos” (si es que hay embajadores de este tipo) que representen al Perú. Por lo que no habría que escandalizarse tanto por las lamentables declaraciones de este señor; pero si lo sacaran ( si es que todavía no lo han hecho) creo que pondrían en cuestión la manera en cómo se están manejando este tipo de representaciones, y a quienes están representando. ¿Se retiraría a un artista de calidad sólo porque sus opiniones no son aceptables para la mayoría de población? ¿Se debería hacerles una encuesta previa sóbre sus opiniones sobre Sendero, antes de aceptarlos? ¿Los simpatizantes de Sendero no representan a nadie en el Perú? Creo que al margen de si este señor debe o no representar al Perú, hay que revisar de si esperamos de los artistas más representativos de nuestro pais opiniones politicamente correctas, o peor aún, caer en el error de silenciarlos. En nuestro pais, una de las ventajas que Sendero tuvo para desarrollarse fue el silencio complice que se guardaron intelectuales y politicos sobre sus planes. Creo que es el momento de dejarlos hablar para dejarlos ver que aparte de ideas sin base y lemas airados con hambre de poder, no tienen mucho más ofrecer. Y por supuesto, responderles.
No me refiero al señor Laura, por supuesto, de quien no me consta que sea senderista.
Un abrazo, un texto interesante como siempre.
Omar Viveros
Creo que en una entrevista se puede indagar sobre la ideologìa del entrevistado sin cuestionarlas o refutarlas necesariamente. De ser asi el entrevistador podrìa terminar siendo el protagonista de un dialogo y no explorador de personalidades. No se si la entrevistadora era conciente de eso pero terminò desnudando a Laura o talvez Laura se desnudo solo.
Decir que Sendero es una organización criminal cuyas ideas y accionar hay que repudiar ayer, hoy y siempre, no es actuar en forma políticamente correcta, es acuar con un mínimo de cordura, cordura que no sólo es exigible a los intelectuales sino a todo ciudadano. Miguel.
La forma como escribe el señor Faverón refuerza una supuesta moral que apunta también a un "pensamiento único", una única manera correcta de pensar. Entonces, puedo observar que por más que se desmarque verbalmente del senderismo y tilde a su líder del asesino más grande de la historia; coincide con el senderismo, a lo igual que todos los que despotrican de él pero se ubican en la vereda ideológica alter ego -el Pensamiento "Alditus"- en que no reparan que la aplanadora persecutoria e inquisidora de Frecuencia Latina, América, Panamericana, El Comercio, Correo y Perú 21 tiene en el fondo la misma matriz autoritaria e intolerante de Sendero, pues alucina detentar el dogma que se encuentra más allá del bien y del mal. Una de las cosas que nunca se dice, es que los senderistas no cayeron de ningún otro planeta, ni de ningún otro país, son también peruanos, también son "Marca Perú", pues sólo una sociedad violenta, discriminadora, intolerante y autoritaria podía engendrar algo así; así que sugiero que gran parte del periodismo y de los gobernantes peruanos, se traten con Jorge Bruce y/o Max Hernández y hurguen en el "facha" que todo peruano tiene dentro...
Saludos,
A mi no me parece que el Señor Laura esté haciendo una apología al terrorismo, ni defendiendo las ideas de o al mismo Abimael Guzmán.
El lo que ha dicho es que SL ERA un proyecto político (ya no lo es), que PUDO/PODRÍA haber tenido éxito (no lo tuvo) sino HUBIERA sido conducido de la manera que FUE conducido, nada más. Y que es importante en el Perú en la medida que ha dejado las huellas que ha dejado.
El dice que no rompió con SL, pero porque no estuvo ligado a él (no tenia actividades políticas), y para romper con algo hay que estar ligado directamente al asunto.
A mi me parece que estamos tan sensibles o tan locos o exasperados que ya no se puede escuchar a nadie decir nada, que todos le caemos encima. Las reacciones me parecen exageradas.
Ahora yo si coincido con Usted en el punto de que poner sobre todas las cosas la marca Perú es una superficialidad, cuando la idea de nación es tan frágil. Sobretodo cuando nos toca escuchar al otro.
Saludos desde Alemania.
Omar Viveros: Si en Alemania el partido Nazi no estuviera proscrito, si "se le dejara hablar" como Ud. dice, para que vean todos que "no tienen nada que ofrecer", en este momento tendrían un respetable 10% de escaños en el parlamento. Naturaleza humana, que le dicen. Piense un poco en eso.
Antepenúltimo anónimo: una perfecta cadena de imbecilidades. Hay que ser estúpido para acusar de fascista a cualquiera que le diga a un fascista que no tiene la razón. Es una argumentación que parece hecha antes del descubrimiento de la lógica.
Penúltimo anónimo: mi texto no habla de apología del terrorismo, de modo que si de eso es que quieres defender a Laura, pierdes tu tiempo. Por otro laod, sería bueno que Laura hubiera dicho las cosas que tú le atribuyes, pero no las dijo; no las inventes. Dime qué parte de la entrevista, por ejemplo, dice que SL pudo tener éxito "si NO hubiera sido conducido de la manera que fue conducido". Dime, por favor, espero.
Sr. Anónimo de las 8: 06
No digo que dar libertad de voz a grupos violentos, sea riesgoso. El ejemplo que usted pone sobre el partido Nazi en Alemania puede ser claro; pero soy de los que creen que es mejor conocer al enemigo teniéndolo cerca y poder conocer sus planes, que silenciarlo y dejarlo trabajar en secreto. El grupo Sendero Luminoso del 70 y 80, aquí cerquita en el Perú, puede ser un ejemplo de lo contraproducente que puede ser el tipo de actitudes como las que usted preconiza. Ahora mismo, la labor secreta de simpatizantes de Sendero parece ir teniendo éxito malinformando jóvenes que no conocieron de cerca el fenómeno; más aún si hay grupos de militares, políticos, religiosos, interesados en callar y “no remover las heridas del pasado”, como los que se opusieron a “La comisión de la verdad”, al monumento del “Ojo que llora”, al “Museo de la Memoria”, etc…
Dar voz a grupos peligrosos es de hecho peligroso; pero es el riesgo que hay que pagar por la libertad. Y oír opiniones diferentes a las nuestras, escucharlas, tratar de convivir con ellas, solucionar sus problemas por el bien de todos, es lo que deberíamos hacer si queremos que eso que llamamos democracia, no sea sólo un nombre vacio. No hay que dejarles el espacio de victimizarse o, de no ser oídos, caer en actitudes más audaces, violentas o desesperadas. Creo que es necesario hablar claro y “HACERLOS HABLAR CLARO”, si queremos que la violencia del pasado no se repita.
Y para eso hay que ser responsable de lo que se dice y empezar poniendo el nombre a lo que se escribe.
Mi nombre es Omar Viveros.
Pdt. Creo que las palabras “Políticamente correcta”, no fueron las más adecuadas. Voy a tratar de usarlas con más cuidado la próxima vez, Miguel. Lo prometo.
La eterna contradiccion de los progres chafa queda manifestada con la poca escandalizacion de esa entrevistadora...
¿Quieres decir que si Máximo Laura no se hubiera desdicho, no hubiera declarado que La República estaba mintiendo, no hubiera mentido sobre su CV; si Máximo Laura hubiera confirmado que lo que dijo en la entrevista -que incluye su actual punto de vista-, tú no dirías?: "¿Este hombre puede ser nuestro 'embajador'? No; ni hablar, aunque estemos hablando de representar un país imaginario."
Acabo de ver en el Gran Combo Club tu entrada de FB sobre este tema. ¿Podrías ponerlo acá?
Cuando tú le dices a esa profesora de la UP que lo de Laura no es censura, le estás hablando en chino. "Promoción es promoción", probablemente esté pensando esa profesora, "qué importa si se trata de Promperú o un museo de arte; ese trabajo artístico ha dejado de ser promovido por las opiniones del artista; eso es censura” Y yo estaría de acuerdo: es censura, pero censura legítima, porque ni la intención de Marca Perú es promover arte ni esas promociones son el medio natural para hacerlo.
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